Quizá sin siquiera darnos cuenta todos ya somos un año más viejos, gira la rueda y aparecen y desaparecen nombres y figuras en el mundo tenístico mundial, otros prevalecen, y los menos se inmortalizan. Tras el Masters Cup de Shanghai, viene un momento difícil de digerir, y es que uno se llega a acostumbrar a que siempre hay un torneo de tenis por ahí. Por ende descoloca pensar que también los jugadores tienen un período de vacaciones, por cortas que sean, y que hay un receso en los torneos, que las pilas se recargan y el show descansa, hasta el año nuevo. Mientras los profesionales están en eso, los viudos del circuito tenemos que consolarnos de alguna forma para (sobre)vivir sin tenis. Es en esos momentos en que se agradecen los partidos que hayan, desde el reciente triunfo de Federer ante Nadal en Seúl, pasando por la, cada vez mejor, Copa Argentina de Tenis, y el Masters de veteranos del Merryl Linch Tour of Champions ; para desembocar en lo único importante que resta, la final de
¡Ea, Señor! A mis enemigos veo venir, y tres veces repito: ojos tengan, no me vean; boca tengan, no me hablen; manos tengan, no me toquen; pies tengan, no me alcancen. La sangre les beba y el corazón les parta...