Siento que se me empiezan a acumular las cosas en mi cabeza y que -no obstante la necesidad de trepanarla para darle sangría- no puedo verterlas satisfactoriamente. Desde otra perspectiva (la buena) el incremento de tráfico cerebral implica que estoy más activo, despierto y útil. Haciéndole el quite al ocio y la vida monótona y sedentaria. Con todo, como reza el dicho del "que mucho abarca, poco aprieta", el riesgo consiste en no rendir satisfactoriamente en todos los ámbitos; pero como no estoy, actualmente, en posición de riesgo, me aboco a realizar las tareas [¡oh Patricio Aylwin!] "en la medida de lo posible". Primero hay que decir que llegó el tiempo del sol, los días se han alargado y la alegría brota espontánea. Llegó el tiempo de celebrar. Entonces tengo que agradecer a todos y cada uno de los presentes en mi celebración de cumpleaños el día sábado 3 y domingo 4 de este mes; lo mismo hago extensivo para quienes me saludaron sin concurrir. Eventos como esos
¡Ea, Señor! A mis enemigos veo venir, y tres veces repito: ojos tengan, no me vean; boca tengan, no me hablen; manos tengan, no me toquen; pies tengan, no me alcancen. La sangre les beba y el corazón les parta...