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Ashes to ashes

Dicen que, en los albores de la historia -propiamente dicha-, mientras algunas civilizaciones inventaban la escritura y el Rey Menes unificaba Egipto, también el volcán Chaitén hacía erupción por última vez. Ésto hace 5.000 años atrás. Parece un cálculo de esos al voleo científico, pero es mejor que nada, considerando que hasta antes de la erupción el ahora insigne volcán aparecía para muchos como un cerro de 960 metros sobre el nivel del mar, ideal para ir de paseo.


No quiero, ni puedo, agregar datos novedosos a lo ya sabido por el lector informado, ni llorar sobre la leche derramada. Menos pensar en un castigo divino ni en el fin del mundo como hace 100 años pudo creerse. Sólo quiero compartir algunas ideas, antes que se me pierdan (so pena de volver a dejar el blog abandonado).

Gracias a los ágiles de TVN [Televisión Nacional de Chile] descubrí esta buena página de la Dirección Meteorológica de Chile que va mostrando fotografías, cada 10 minutos, de cámaras meteorológicas ubicadas en aeropuertos y aeródromos de múltiples localidades chilenas. Un verdadero acierto que permite ver a Chaitén, antes cubierto de ceniza y hoy, además, inundado. Entre otros bucólicos paisajes a lo largo de nuestra geografía.

A propósito, exhibo aquí un par de fotos aéreas de Chaitén que llegaron a mi correo electrónico. Lamento no saber quién las captó (por un asunto de derechos).



Desconozco si mis amables lectores conocen los puntos geográficos ahora de moda: Chaitén, Caleta Gonzalo, El Amarillo, Villa Santa Lucía, Lago Yelcho, Futaleufú, Palena, La Junta, Esquel. Yo he tenido la suerte de estar (salvo Futaleufú y Palena) en casi todos esos bellos parajes.

Y también he estado en Santiago y Puerto Montt. Y tengo esa tendencia a mirar con desdén que la mentalidad centralista llegue a tal punto que se organizen protestas por los perros vagos de Chaitén en Plaza Italia amenazando con entrar forzosamente a una zona que ni conocen, cuando creo que un chaitenino estaría más preocupado -si vivir de refugiado y dejar todos sus enseres y una vida atrás con incertidumbre respecto al futuro, da espacio para pensar en animales- de sus gallinas y vacas. Pero claro, como dice Coco Legrand, a un niño en Santiago le preguntas cuántas patas tiene un pollo y cree que son seis, porque sólo los ha visto dentro de una bandeja de plumavit en un supermercado. Sé, que en estos momentos empiezan las buenas intenciones, y todos esos esfuerzos son dignos del mayor encomio, pero también los mesianismos torpes como en programas de televisión ( v.gr. figurines de La Ley De La Selva o Chilevisión), líneas editoriales alarmistas y titulares vendedores con gancho morboso; y así las confusiones; la naturaleza humana como efecto tras la naturaleza misma como causa. ¡La ley de la selva pues!

Tampoco se trata de ponerse amargo y amarillo, porque estimo que este es un momento único, donde se están haciendo las cosas lo mejor posible, y que sólo el pasar de los años podrá decir qué faltó o en qué se equivocó el rumbo. Por ahora hay que abstenerse de participar en tontas peleas secesionistas de opinión y ponerse en las botas de un palenense, comulgar en un deseo de esperanza, superación, perseverancia y vida para todo la zona afectada. Virtudes todas comunes en los habitantes del lugar, quienes han sabido -aun sin cenizas- de aislamiento, postergación, pero sobre todo de patriotismo. Ahora es el adviento de la verdadera cooperación.

Como le dijo un oriundo a la Pdta. Bachelet: "Ahora todo Chile sabe dónde está Chaitén".
Saludos a la gente de la zona y a los que aún tenían fe en que este blog no estaba muerto.

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