«8 de enero de 2006
Si hay algo que detesto es mirar hacia atrás, la sola idea de voltear la cabeza me parece síntoma de arrepentimiento. Pero la necesidad tiene cara de hereje, en este caso si necesitas girar tu cuello para ver los vehículos que se acercan a tu espalda, y si vagamente crees que alguno de ellos te llevará al "hacer dedo".
La ceremonia de egreso del día viernes 6 tuvo todos los ingredientes como para hacerla memorable. Sin duda fue un momento para disfrutar, ante todo, de manera íntima como un triunfo personal; luego el jolgorio, la fiesta, la gratitud (a Karin Neira preciosa mía, por invitarme a compartir contigo y tu familia). Con todo mi cabeza estaba puesta en otro lugar, un ignoto paraje precordillerano donde la Tropa Cruz del Sur debía estar efectuando su campamento de verano. De no ser por la antedicha ceremonia no hubiese regresado a mi casa tras dejarlos el jueves de madrugada en el terminal de buses de Valdivia, habría estado con ellos todo el tiempo, con estas intensas lluvias que coartan muchas veces el ímpetu y los deseos.
Pienso en mi mamá, en sus miedos respecto a que viaje solo a un lugar que no conozco, me imagino la forma en que le explico que debo hacerlo, que hay papás que confiaron sus hijos a dos emberbes veinteañeros, sabiendo que uno se éstos llegaría el domingo... Dejo de imaginar mientras voy caminando bajo el sol, sé que ella comprende y me apoya, mi papá también.
Fue prudente tomarme un día de descanso -el sábado- para cambiar de switch y emabarcarme en esta aventura. Fue prudente aún cuando me haya levantado hoy en vano a las 6 de la mañana, pues el primer bus a Panguipulli sale a las 8 AM los domingos. Sin embargo no contaba con que el subdesarrollo y el maldito libre mercado conspirasen de forma tal que entre Panguipulli y Coñaripe no hubiese movilización sino hasta las 16:00 hrs.
Respiré hondo y no lo pensé mucho -25 kms. hasta el fundo San Pablo de Tregua-, las 11 de la mañana... En el peor escenario (estando con vida y salud, claro está) la micro me encontraría en el camino. Y si podía llevarme una de esas tantas camionetas hasta el "puente Negro" (en Pullinque) tanto mejor.
Sucede que en Chile la gente con plata lo es todo, inclusive unos hijos de puta, es obvio suponer que nunca me paró ninguno de esos vehículos. Por otra parte la gente humilde -pero con vehículo- es tan buena que se llevan hasta las gallinas de quienes acarrean... Detesto mirar hacia atrás, pero en vano lo hice durante casi una hora, tiempo tras el cual el orgullo propio y la vergüenza de "hacer dedo" con pañolín (soy scout, no mochilero) me hizo seguir caminando solemne y definitivamente.
El asfalto hasta la Planta Pullinque se me estaba haciendo eterno, y el sol caía a plomo, por ésto al divisar la meta transitoria me saqué la gruesa chaqueta y me tomé la segunda foto de esta jornada épica para mi ego. Pasos más allá el "puente Negro", origen del peregrinaje. A esas alturas, y por milagro, todavía tenía el teléfono celular operativo, por lo cual llamé a casa, pero la comunicación no fue fructífera, situación que se subsanó un par de kilómetros más adelante en el camino de ripio, justo frente al desvío a Liquiñe y Coñaripe hay un teléfono rural que funciona.
Escribo todo ésto en la carpa, estoy solo. La tropa anda "arriba" -según me dijo el guarda-bosque-. En un raid supongo. Aproveché las bondades del sitio para ducharme y rearmar mi cansado cuerpo, caminar desde Panguipulli fue algo precipitado, felizmente... Llegué al campamento a las 3:30 y empecé a escribir a las 4:00 PM... Sí, a la hora en que el bus partía desde Panguipulli, qué acertada decisión fue no esperarlo, pues el tramo que cubre, si bien es el más extenso, es el más fácil.
Tras llamar por teléfono y comunicarme con mis padres empezó el subir por un camino dignísimo de los campamentos de la Tropa, de aquellas memorables vías de piedra suelta y en ascenso eterno. 8,5 kms. hasta el "puente Chochif", otra meta volante, otra foto.
De allí en más, caminar atento al anuncio del segundo camino vecinal hacia la izquierda. Entrando allí, un desalentador sendero sin información y eterno caminar hasta la entrada al predio (foto). Más todavía, camino eterno... no tomé desayuno, no almorcé... hoy sólo me he alimentado de agua, sol, kilómetros y esperanza; sólo detuve mi marcha para sacarme la chaqueta en Pullinque . ¿Dónde estará la administración? Como es lógico sigo el camino hacia donde suena el agua, fundamental para toda vivienda... allí está... aquí está el campamento de verano 2006... Ahora son las 17:15 y sigo solo, solo pero en mi casa. Y está empezando a llover.
9 de enero de 2006
Intentaba mostrarle mis progresos con el revés a Roger Federer cuando el viento sopló más fuerte sacudiendo la carpa. A pesar de la tormenta había dormido y soñado como pocas veces me sucede en la primera noche acampando.
La levantada de hoy es precipitadamente tarde, los muchachos necesitan el descanso y la lluvia no ofrece tregua como para dar inicio a la jornada. Hoy fue imposible realizar el raid planificado por el sendero "las lengas" (hasta los 1.600 msnm.). El mismo campamento ve milílitro a milílitro frustrado o atenuado gran parte de su programa.
Los ánimos entre los scouts decaen con la lluvia, el sentirse mojados, con frío y sin aparente cambio en las condiciones climáticas lleva sus mentes hacia sus hogares y sus afectos -esto es en gran medida un objetivo de un campamento scout, el extrañar la casa, la familia y los amigos, para apreciarlos más y mejor al volver-. Pero me gustaría que, además pudiesen disfrutar el momento mismo en que viven esta aventura, con más sonrisas que caras largas.
Tampoco estoy ajeno al bajón anímico que domina el día, trato de espantarlo con la cámara fotográfica, recogiendo imágenes, particularmente algunas mías (no sea el caso ahora que el dueño de la cámara no aparezca en ninguna). Y al hacerlo recuerdo a M.J.B. (...noches de primavera), prometí enviarle fotos de mi verano; pienso fervorosamente en Macka, de lo preocupada que está por mí, en lo mucho que dice que me extraña.
Hay que continuar, con lluvia, con frío... Hoy realizamos los Juegos Olímpicos, actividad lúdica que ganaron los Guepardos por estrecho margen. En ella se practicaron juegos y deportes conocidos y otros inéditos creados por los mismos muchachos.
A veces para de llover y alcanzamos a proyectar la realización de otras actividades del programa que hemos debido postergar. Ojalá así sea... "Good Day Sunshine", "Here Comes The Sun" Precisamente ahora, en la oscuridad del atardecer nublado y a la espera de la cena de tallarines, creo que todo será mejor mañana.
Escríbeme...
Martes, 10 de enero de 2006
"Escucho voces de gente en el agua", es cierto. Quizás no sea gran cosa como "I see dead people", pero la sugestión de mi mente me lleva a identificar palabras en lontananza. A veces me incomoda, como cuando subía al Choshuenco con la Ruta Antuqueni, el año 1999 y escuchaba rondas infantiles entre la nieve. Rayo en la locura cuando estoy sólo y cerca de un río.
Acá me pasó al llegar mientras esperaba a los demás de su regreso del hike; y hoy también, al caminar al final de la fila distanciado del grupo principal, en el marco del "gran raid" hacia el sendero de "las lengas". El paisaje allí deja absorto, un árbol tras otro respiro agradecido por el momento y el lugar.
Nos habían anunciado un camino de 15 kms., los cuales no estoy seguro de que hayan sido reales, pues se recorrió en breves horas, matizando el camino con fotografías. Una vez en "las lengas" las patrullas realizaron refugios, confeccionaron medios de defensa, elaboraron croquis del lugar y exploraron en busca de huellas. Todo bajo el imaginario de que estaban perdidos y la noche les caía ya encima.
El camino de regreso fue mucho más rápido (1 hr. y media) que el ascenso, lo que nos permitió alcanzar a disfrutar del descanso aun bajo un agradable sol, que por vez primera se hizo presente en toda la jornada.
Estoy cansado y no sé bien por qué, el día no ha sido particularmente agotador, pero tengo ganas de dormir ahora, acabo de cenar y el escuálido calor de mi saco de dormir me seduce.
Miércoles, 11 de enero de 2006
Por la mañana
La ví. Le ví su cara blanca, su pelo corto y rubio, los ojos azules tras los marcos negros de sus lentes...
Me habló. Me dijo -"Hola Cana". Se sentó a mi lado derecho ante mi perplejidad, no sabía qué hacer o decir (como aquella vez), ella tampoco...
Y desperté... Había logrado apenas conciliar el sueño en medio del frío nocturno, muchas veces éste me despertó y en una última tregua logré incluso soñar e ir más allá, ver rostros en mi sueño -cosa que no me ocurre comunmente-, una imagen nítida que ya creía olvidada. Mi subconciente me la ofreció junto a un bajo de cuatro cuerdas y una canción de Catupecu Machu... Quería definitivamente, seguir durmiendo.
El alba insiste en las bajas temperaturas y de vez en cuando se asoma pícaro el sol. Es el penúltimo día del campamento de verano y entramos en la recta final con dos patrullas compitiendo estrechamente por ganar, intentando aprovechar al máximo las horas que noa quedan por vivir.
Vivir acá, vivir ahora. Por bellos que sean mis sueños, mi lugar y mi tiempo definen quien soy, mañana regresaré a lo habitual y podré seguir fantaseando.
Felipe.»
Hasta acá las notas que tomé durante mis días de campamento de verano junto a la Tropa Cruz del Sur en el predio San Pablo de Tregua. Hechas con toda honestidad y trascritas fielmente, espero sean de su agrado.
Saludos a las niñas/mujeres mencionadas en el texto (el orden no indica preferencia alguna) Karin, Macka y M.J.B. (de ésta última tuve noticias al volver a la ciudad).
Y como dicen The Beatles "And in the end, the love you take is equal to the love you made".
Felices vacaciones.
Comentarios