Antes de entrar en terreno tengo que referirme a algunos temas insoslayables que merecían ser comentados en este blog.
Lo primero, sin pena ni gloria, el pasado día martes 30 de enero el sitio que usted lee cumplió dos años de vida. Edad más que rescatable, vista la circunstancia de que la volubilidad de los sitios personales es pan de cada día por estos pagos.
Lo segundo es recomendar a todos ustedes que lean el blog de Lito, particularmente su crónica sobre la serie Chile - Rusia por Copa Davis y la actualidad de Nicolás Massú, la verdad es que no podría expresarme mejor al respecto, por ende, me allano servilmente, a sus términos.
Finalmente, ya entrando en materia, he estado mayormente encerrado en mi casa desde que terminé la atención de público de mi práctica profesional, asunto que ha trasuntado en un tiempo cómplice con el Messenger, muy fructífero y que me permitirá cerrar esta columna a una nueva destinataria de saludos.
Algunas excepciones importantes a mi claustro fueron el cumpleaños de Karin, una reunión social en casa de Marcelo, la presentación de Nicole y Dios Salve A La Reina en la costanera, una salida a casa de Juanito, y un viaje a Maicolpué.
Es relativamente habitual escuchar a los jóvenes osorninos acerca de sus jornadas de carrete en Maicolpué, lo mismo oírlos hablar sobre el inconveniente que causa la presencia masiva de gente de baja extracción social, grosera, mal educada y sospechosa [en los sucesivo "flaites"]. Conociendo el particular estilo de vida y pensar tan propio de la «ciudad del eterno domingo» no es difícil imaginar que la polarización y segmentación social urbana, tendría su reflejo en las playas. De Osorno al este, irán a vacacionar a los lagos, a Cascadas, Puyehue, Entrelagos, etc. o mejor aún a Bariloche; mientras que del Rahue al Oeste, su destino cuasi indefectible, me imagino, es el Pacífico, Maicolpué en preponderante posición. Tengo claro que elucubrar semejante hipótesis desde ya suena trasgresora y abyecta en contra de la idiosincracia osornina, y, probablemente, sea falsa, caprichosa o incompleta.
Guardando un poco de subjetivismo, hay que señalar que el viaje a Maicolpué es muy distinto según como se realice -con o sin vehículo particular- desde Osorno, o mejor dicho, Rahue, que es el sector desde donde inician su periplo los medios de locomoción colectiva. Llama la atención que apenas se cruza el puente Rahue, se lee un lienzo que reza «Rahue comuna, hagámos realidad nuestro sueño», anhelo que busca que el lugar se escinda administrativamente de Osorno, tal como, entiendo, era a principios de siglo pasado. Entonces este puente hace las veces de biombo social, como "plaza Italia para arriba o plaza Italia para abajo" en Santiago. Insisto en mi (odiosa y sesgada) apreciación acerca de la idiosincracia social osornina, si la "gente linda" acudiese en masa a Maicolpué, seguramente la locomoción saldría desde un sector más céntrico de Osorno, y no desde el barrio popular.
Tomar movilización en sí es una aventura lamentable. De ida no existe la regularidad que imaginaba, los horarios, además son caprichosos; el precio $1.500 c/u; y $2.500 en taxi colectivos.
El camino hacia la costa es fascinante, son un poco más de 60 kilómetros a través de una sinuosa ruta (T-40) que está asfaltada, pero en mal estado. Se advierte a todos que existen en la actualidad sectores en los cuales se está trabajando para renovar las carpetas de asfalto; igualmente hay que señalar que la gran cantidad de curvas invita a conducir con mucho sigilo, y no tentarse en acelerar creyéndose piloto de rally. Además de la ruta en sí, merece un lindo lugar en mi memoria el paisaje a través de la Cordillera de la Costa por estos lares: praderas agrícolas y pecuarias primero, luego bosque nativo en demasía, y entre ellos sólo un breve segmento de especies introducidas para fines forestales, en el sector que llaman "la Cumbre", donde hay plantaciones de eucaliptos.
El acceso al océano exhibe, yendo hacia el sur: la caleta de Pucatrihue, Bahía Mansa (que era puerto hasta antes del terremoto de 1960), Maicolpué, Río Sur y Trill Trill. Debo confesar que lo que más me llamaba la atención de estas latitudes era conocer la zona por donde pasó Drew Barrymore y Cameron Díaz hace algunos años; pero nada de eso encontré; aunque se me advirtió que más hacia el sur hay una zona "más exclusiva".
Este viaje fue familiar, y acampamos en un terreno que se colgó descaradamente el título de camping, ya que no cuenta con ningún servicio más que el único terreno plano de la zona. Por si le interesa cobra $3.500 la noche, por sitio, y el baño lo cobra aparte por uso, $100 por vez. Está ubicado a un costado del río, llamativo punto neurálgico del lugar pues subiendo por él existen unos pozones donde el "pueblo" se reúne; no se lo recomiendo a nadie.
De la playa se pueden decir sólo cosas bellas, tiene arenas blancas (algo poco común por estas costas) y una amplia explanada que remata en dunas, es ideal para jugar y estar con la familia, si no fuera por lo sucio de algunos sectores, por las carpas regadas como callampas, y por uno que otro indeseable. Remato este párrafo señalando que esta playa es únicamente solanera, ya que está prohibido bañarse en sus aguas por ser peligrosas.
De los servicios que se ofrecen, bueno, hay que distinguir, en Maicolpué propiamente tal hay Carabineros, feria artesanal, una hostería (hostería Miller), algo de comercio básico (rotiserías), y hasta una discoteca (nada recomendable); mientras que en el sector opuesto (el popular Río Sur) sólo hay negocios chicos, venta de pasajes de vuelta a Osorno - sólo a partir de las 15:00 horas - y alguna oferta de milcaos, que aunque confieso me encantan, no me dieron ganas ni de olerlos allá.
Pero, debo recomendar algo al menos, al final de la playa está emplazado el parque Pichi Mallay donde se puede ver flora y fauna del lugar. Mas no fui testigo presencial del lugar, porque la señalización es cuasi inexistente, y la promoción nula.
La impresión con que, gustoso, dejé atrás Maicolpué es que si acaso algún conocido tuyo tiene casa o cabaña allá, vale la pena ir a pasarlo bien en un círculo íntimo, rodeado de cervezas y algo en ese estilo. De los demás, sólo lamento el mal manejo que los habitantes le dan a un lugar con inmensas potencialidades; un esfuerzo mínimo, egoísmo, despreocupación por mejorar, en definitiva poca "visión" que estanca a este lugar, quizá hasta cuando... Porque, aunque esta misma semana se esté llevando a cabo la primera Feria Costumbrista de Maicolpué - "Arando el Mar" es el lema -, aunque tengan fiesta electrónica este fin de semana, etc. la "gente linda" gusta vacacionar en otra parte.
«La mona aunque se vista de seda, mona se queda»
Quiero saludar cariñosamente a Cecy, una amiga de Guadalajara, Jalisco, Estados Unidos Mexicanos (México para el sencillo), a quién estoy aprendiendo a conocer con mucho agrado y devoción.
Lo primero, sin pena ni gloria, el pasado día martes 30 de enero el sitio que usted lee cumplió dos años de vida. Edad más que rescatable, vista la circunstancia de que la volubilidad de los sitios personales es pan de cada día por estos pagos.
Lo segundo es recomendar a todos ustedes que lean el blog de Lito, particularmente su crónica sobre la serie Chile - Rusia por Copa Davis y la actualidad de Nicolás Massú, la verdad es que no podría expresarme mejor al respecto, por ende, me allano servilmente, a sus términos.
Finalmente, ya entrando en materia, he estado mayormente encerrado en mi casa desde que terminé la atención de público de mi práctica profesional, asunto que ha trasuntado en un tiempo cómplice con el Messenger, muy fructífero y que me permitirá cerrar esta columna a una nueva destinataria de saludos.
Algunas excepciones importantes a mi claustro fueron el cumpleaños de Karin, una reunión social en casa de Marcelo, la presentación de Nicole y Dios Salve A La Reina en la costanera, una salida a casa de Juanito, y un viaje a Maicolpué.
Es relativamente habitual escuchar a los jóvenes osorninos acerca de sus jornadas de carrete en Maicolpué, lo mismo oírlos hablar sobre el inconveniente que causa la presencia masiva de gente de baja extracción social, grosera, mal educada y sospechosa [en los sucesivo "flaites"]. Conociendo el particular estilo de vida y pensar tan propio de la «ciudad del eterno domingo» no es difícil imaginar que la polarización y segmentación social urbana, tendría su reflejo en las playas. De Osorno al este, irán a vacacionar a los lagos, a Cascadas, Puyehue, Entrelagos, etc. o mejor aún a Bariloche; mientras que del Rahue al Oeste, su destino cuasi indefectible, me imagino, es el Pacífico, Maicolpué en preponderante posición. Tengo claro que elucubrar semejante hipótesis desde ya suena trasgresora y abyecta en contra de la idiosincracia osornina, y, probablemente, sea falsa, caprichosa o incompleta.
Guardando un poco de subjetivismo, hay que señalar que el viaje a Maicolpué es muy distinto según como se realice -con o sin vehículo particular- desde Osorno, o mejor dicho, Rahue, que es el sector desde donde inician su periplo los medios de locomoción colectiva. Llama la atención que apenas se cruza el puente Rahue, se lee un lienzo que reza «Rahue comuna, hagámos realidad nuestro sueño», anhelo que busca que el lugar se escinda administrativamente de Osorno, tal como, entiendo, era a principios de siglo pasado. Entonces este puente hace las veces de biombo social, como "plaza Italia para arriba o plaza Italia para abajo" en Santiago. Insisto en mi (odiosa y sesgada) apreciación acerca de la idiosincracia social osornina, si la "gente linda" acudiese en masa a Maicolpué, seguramente la locomoción saldría desde un sector más céntrico de Osorno, y no desde el barrio popular.
Tomar movilización en sí es una aventura lamentable. De ida no existe la regularidad que imaginaba, los horarios, además son caprichosos; el precio $1.500 c/u; y $2.500 en taxi colectivos.
El camino hacia la costa es fascinante, son un poco más de 60 kilómetros a través de una sinuosa ruta (T-40) que está asfaltada, pero en mal estado. Se advierte a todos que existen en la actualidad sectores en los cuales se está trabajando para renovar las carpetas de asfalto; igualmente hay que señalar que la gran cantidad de curvas invita a conducir con mucho sigilo, y no tentarse en acelerar creyéndose piloto de rally. Además de la ruta en sí, merece un lindo lugar en mi memoria el paisaje a través de la Cordillera de la Costa por estos lares: praderas agrícolas y pecuarias primero, luego bosque nativo en demasía, y entre ellos sólo un breve segmento de especies introducidas para fines forestales, en el sector que llaman "la Cumbre", donde hay plantaciones de eucaliptos.
El acceso al océano exhibe, yendo hacia el sur: la caleta de Pucatrihue, Bahía Mansa (que era puerto hasta antes del terremoto de 1960), Maicolpué, Río Sur y Trill Trill. Debo confesar que lo que más me llamaba la atención de estas latitudes era conocer la zona por donde pasó Drew Barrymore y Cameron Díaz hace algunos años; pero nada de eso encontré; aunque se me advirtió que más hacia el sur hay una zona "más exclusiva".
Este viaje fue familiar, y acampamos en un terreno que se colgó descaradamente el título de camping, ya que no cuenta con ningún servicio más que el único terreno plano de la zona. Por si le interesa cobra $3.500 la noche, por sitio, y el baño lo cobra aparte por uso, $100 por vez. Está ubicado a un costado del río, llamativo punto neurálgico del lugar pues subiendo por él existen unos pozones donde el "pueblo" se reúne; no se lo recomiendo a nadie.
De la playa se pueden decir sólo cosas bellas, tiene arenas blancas (algo poco común por estas costas) y una amplia explanada que remata en dunas, es ideal para jugar y estar con la familia, si no fuera por lo sucio de algunos sectores, por las carpas regadas como callampas, y por uno que otro indeseable. Remato este párrafo señalando que esta playa es únicamente solanera, ya que está prohibido bañarse en sus aguas por ser peligrosas.
De los servicios que se ofrecen, bueno, hay que distinguir, en Maicolpué propiamente tal hay Carabineros, feria artesanal, una hostería (hostería Miller), algo de comercio básico (rotiserías), y hasta una discoteca (nada recomendable); mientras que en el sector opuesto (el popular Río Sur) sólo hay negocios chicos, venta de pasajes de vuelta a Osorno - sólo a partir de las 15:00 horas - y alguna oferta de milcaos, que aunque confieso me encantan, no me dieron ganas ni de olerlos allá.
Pero, debo recomendar algo al menos, al final de la playa está emplazado el parque Pichi Mallay donde se puede ver flora y fauna del lugar. Mas no fui testigo presencial del lugar, porque la señalización es cuasi inexistente, y la promoción nula.
La impresión con que, gustoso, dejé atrás Maicolpué es que si acaso algún conocido tuyo tiene casa o cabaña allá, vale la pena ir a pasarlo bien en un círculo íntimo, rodeado de cervezas y algo en ese estilo. De los demás, sólo lamento el mal manejo que los habitantes le dan a un lugar con inmensas potencialidades; un esfuerzo mínimo, egoísmo, despreocupación por mejorar, en definitiva poca "visión" que estanca a este lugar, quizá hasta cuando... Porque, aunque esta misma semana se esté llevando a cabo la primera Feria Costumbrista de Maicolpué - "Arando el Mar" es el lema -, aunque tengan fiesta electrónica este fin de semana, etc. la "gente linda" gusta vacacionar en otra parte.
«La mona aunque se vista de seda, mona se queda»
Quiero saludar cariñosamente a Cecy, una amiga de Guadalajara, Jalisco, Estados Unidos Mexicanos (México para el sencillo), a quién estoy aprendiendo a conocer con mucho agrado y devoción.
Comentarios
Valgan estas líneas para dos efectos:
1º- Fe de erratas: la ruta se llama U-40 y no T-40.
2º- Papá, acuso recibo de tu observación acerca de que Pucatrihue queda al norte del lugar en comento, no obstante, creo es innecesario corregir algo al respecto, ya que la frase "yendo hacia al sur" resulta decidora para orientar los poblados citados en orden septentrional a meridional. Así no hay error alguno en mi descripción.
De todas maneras, gracias por leer.