Es lunes 27 de noviembre de 2017, escribo desde la sala 1 del juzgado de garantía de Valdivia mientras espero mi turno en las audiencias programadas en las que debo intervenir como abogado defensor. Estoy de vuelta en el trabajo tras el gran evento de mi vida.
El día 14 de noviembre de 2017 a las 18:51 horas, en la Clínica Alemana de Valdivia, tras un trabajo de parto de 10 horas -frustrado- y vía cesárea de emergencia nació Dante Adrián Saldivia Guzmán, hijo de Felipe Saldivia y Cecilia Guzmán. Midió 51 centímetros y pesó 3.740 gramos.
Los controles de embarazo fueron regulares en el CESFAM Las Ánimas con la matrona Constanza Barría y en la Clínica Alemana con el médico ginecólogo Rafael Gracia Agurto. Al viernes 10 de noviembre, ad portas de las 39 semanas de gestación, aún no se había encajado en la pelvis ni había mayor dilatación.
El fin de semana cayó el tapón mucoso.
En la víspera del lunes vinieron las contracciones (la sensación de que ya no se sentía a Dante), una visita matinal a la clínica, monitoreo y noticia de dos centímetros de dilatación.
Por la tarde del lunes siesta. En la noche nuevamente contracciones, más intensas; cronómetro en mano a intervalos de 8 a 12 minutos. Dolor.
Martes 14 de noviembre de 2017 a las 07:58 hrs. ingresamos a a Clínica Alemana de Valdivia, nueva atención y monitoreo. 3 centímetros de dilatación y contracciones regulares que motivaron la hospitalización de Cecilia. Habitación 150 y preparación para el trabajo de parto.
La sala de parto es un lugar caluroso, nos atendió muy amablemente la matrona Pía Toledo, puso música suave, bajó la intensidad de las luces, enseñó ejercicios con balón kinésico a Cecilia. Así Dante empezó a bajar por la pelvis, pero no fue suficiente. No rompía fuente, de hecho el ginecólogo lo hizo en su momento, pero no hizo mayor cambio, las contracciones aumentaban al igual que el dolor que ya no era amortiguado por la analgesia epidural...
Sé que no resulta justo tratar en tan pocas líneas un momento tan rico en detalles, sensaciones y que marcaba un hito tras otro en cada minuto. En resumen diré que ya estábamos advertidos de que si no había cambio en la dilatación y la posición de la cabeza de Dante habría cesárea. En efecto así ocurrió y rápidamente, tras el control de las 18:00 horas se iniciaron las maniobras preparatorias para llevarla a pabellón. A las 18:30 se inició, para el equipo médico parecía rutina, para Cecilia era primera vez en un quirófano, se notaba nerviosa y asustada. Vomitó. Yo estuve a su lado porque la noté preocupada, pálida y temblorosa.
No ví salir a Dante del vientre. Pero lo escuchamos. Lo vimos a los segundos. Se parece a mi. Soy feliz.
El día 14 de noviembre de 2017 a las 18:51 horas, en la Clínica Alemana de Valdivia, tras un trabajo de parto de 10 horas -frustrado- y vía cesárea de emergencia nació Dante Adrián Saldivia Guzmán, hijo de Felipe Saldivia y Cecilia Guzmán. Midió 51 centímetros y pesó 3.740 gramos.
Los controles de embarazo fueron regulares en el CESFAM Las Ánimas con la matrona Constanza Barría y en la Clínica Alemana con el médico ginecólogo Rafael Gracia Agurto. Al viernes 10 de noviembre, ad portas de las 39 semanas de gestación, aún no se había encajado en la pelvis ni había mayor dilatación.
El fin de semana cayó el tapón mucoso.
En la víspera del lunes vinieron las contracciones (la sensación de que ya no se sentía a Dante), una visita matinal a la clínica, monitoreo y noticia de dos centímetros de dilatación.
Por la tarde del lunes siesta. En la noche nuevamente contracciones, más intensas; cronómetro en mano a intervalos de 8 a 12 minutos. Dolor.
Martes 14 de noviembre de 2017 a las 07:58 hrs. ingresamos a a Clínica Alemana de Valdivia, nueva atención y monitoreo. 3 centímetros de dilatación y contracciones regulares que motivaron la hospitalización de Cecilia. Habitación 150 y preparación para el trabajo de parto.
La sala de parto es un lugar caluroso, nos atendió muy amablemente la matrona Pía Toledo, puso música suave, bajó la intensidad de las luces, enseñó ejercicios con balón kinésico a Cecilia. Así Dante empezó a bajar por la pelvis, pero no fue suficiente. No rompía fuente, de hecho el ginecólogo lo hizo en su momento, pero no hizo mayor cambio, las contracciones aumentaban al igual que el dolor que ya no era amortiguado por la analgesia epidural...
Sé que no resulta justo tratar en tan pocas líneas un momento tan rico en detalles, sensaciones y que marcaba un hito tras otro en cada minuto. En resumen diré que ya estábamos advertidos de que si no había cambio en la dilatación y la posición de la cabeza de Dante habría cesárea. En efecto así ocurrió y rápidamente, tras el control de las 18:00 horas se iniciaron las maniobras preparatorias para llevarla a pabellón. A las 18:30 se inició, para el equipo médico parecía rutina, para Cecilia era primera vez en un quirófano, se notaba nerviosa y asustada. Vomitó. Yo estuve a su lado porque la noté preocupada, pálida y temblorosa.
No ví salir a Dante del vientre. Pero lo escuchamos. Lo vimos a los segundos. Se parece a mi. Soy feliz.
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