Encaminados hacia la Casona, con una tarde de celebración en el cuerpo -y ánimo de continuarla- hubo que proceder a beber (dentro de lo posible) todo aquello que no podríamos ingresar al local. El torreón del Canelo fue el improvisado bar, donde, como en tiempos idos, procuramos acelerar el trámite previo al ingreso. No sé si se logró del todo la misión. Mas pronto estabamos ingresando (había una Fiesta Lola) por 1000 pesos cada uno. Subí con mi mochila en la espalda y me reuní con la mayoría del grupo en el balcón; alguien dijo: - ¿y qué hacemos acá afuera? entremos... Por algún motivo sólo yo lo seguí en línea recta a la barra. Cerveza...
Mi camino se vio interrumpido por un bulto que yacía en el suelo, lo reconocí y le hablé... despertó y me miró... era el "Colores". Le dije que tomaramos cerveza, yo invito, le dije. Tenía ya la botella en la mano y había probado un poco cuando busco a "Colores"para convidarle, lo encontré conversando con unas minas, que trataban de evadirlo. Me acerqué y me presentó como su amigo, al turno que tomaba la botella (fue la última vez que la ví) y hacía ademanes para que cada una de las cuatro chicas se presentaran, lo hicieron y una frase acá irreproducible me hizo voltear la mirada hacia una de ellas, la dijo en inglés y no pensó que la entendería entre la confusión del ruido y el idioma. Se equivocó.
No fue mucho lo que alcanzamos a conversar, ella me pedía que por favor mi "amigo" ("Colores") se fuera, y yo le intentaba explicar que el tipo era muy conocido y generalmente inofensivo. Ante la insistencia nos movimos unos metros, con "Colores" a la siga; y finalmente en la "pista" de baile logramos evadirlo. Yo no pude escapar... Escuchando Here Comes Your Man de Pixies, Whip It de Devo, Boys Don't Cry de The Cure... me perdí... Una de las gringas fue razón suficiente como para olvidarme de "Colores", la chela, mis compañeros y de que no me gusta bailar...
... my lucky day... my lucky night?...
Era fácil imaginar que no estaría acostumbrado a las consecuencias de un "encuentro fugaz" (si es que acaso tiene alguna). Cuando de ella me despedí a la mañana siguiente estaba llano a aceptar que no la volvería a ver más en la vida, particularmente sabiendo que después de dieciseis semanas en Valdivia la conocí justo antes de su regreso. Estaba preparado, quedaría como anécdota, y como secreto bien guardado.
Pero el lunes la ví de nuevo, nos cruzamos un instante y quedé helado, no atiné a nada más que a decirle "hola" y ya... Qué desastre, en ese preciso momento me arrepentí de no haberla conocido un poco más, sólo por curiosidad... No habría una segunda oportunidad... Quedé con la bala pasada, y luego se transformó en un obsesionante desafío, alimentado por el arrepentimiento de no haberle dicho algo más, como "amigo".
Siempre me he considerado un tipo hogareño, sedentario. Cuando regreso a la ciudad tras un tiempo afuera me siento bien, respiro profundo, se me encienden los ojos, camino tranquilo. Además, hasta este punto, me he sentido cómodo viviendo con (y de) mis padres y ser un hijo, su hijo.
Ahora, sin embargo, me arde el deseo de salir, de viajar, de correr riesgos; terminar la espera de la venida de la montaña a Mahoma. Quiero viajar, como ella, como yo sé que puedo hacerlo. Valdivia siempre será mi punto de partida, ojalá que no sea también la meta...
There' re a few things I want to do before I die.
Saludos a la M. J. B. de mi memoria.
"A los veintinueve quién no es frágil, doliente, cínico y valiente" Los Tres, La Feria Verdadera.
Comentarios
Podria seguir escribiendo miles de palabras que sólo ahondaran en lo mismo, el la magia de la musica.
Espero que estas lineas no queden solo en líneas...y se vuelvan a transformar nuevamente...aunque sea por una tarde...en musica.
Atte. tu hermano
Pablo Gajardo