«Pinochet tenía un lorito que todas las mañanas le decía:-QUE SE MUERA PINOCHET, QUE SE MUERA PINOCHET. Y así pasaron muchas mañanas, hasta que un día Pinochet lo envío a un convento, pasaron los meses y Pinochet lo extrañaba y lo fue a buscar, por la mañana se levantó y el lorito no decía nada, entonces Pinochet empezó a decir:-QUE SE MUERA PINOCHET, QUE SE MUERA PINOCHET y el lorito dijo:-ROGEMOS AL SEÑOR». Haber nacido en el año 1981, y estar vivo al corriente me ha traído una serie de ventajas como protagonista de la historia. Como ejemplos están: vivir la euforia por el cometa Halley el año 1986 (de lo contrario habría que esperar hasta el año 2061); recordar el coro de la canción del Mundial de México del mismo año; asimismo el jingle "Chile, la alegría ya viene" a propósito del histórico 5 de octubre de 1988; haber visto por la tele, en vivo y en directo, el Maracanazo del "Cóndor" Rojas el año 1989; acordarme que los conciertos de Rod Stewart, UB40 y el d
¡Ea, Señor! A mis enemigos veo venir, y tres veces repito: ojos tengan, no me vean; boca tengan, no me hablen; manos tengan, no me toquen; pies tengan, no me alcancen. La sangre les beba y el corazón les parta...