Encaminados hacia la Casona, con una tarde de celebración en el cuerpo -y ánimo de continuarla- hubo que proceder a beber (dentro de lo posible) todo aquello que no podríamos ingresar al local. El torreón del Canelo fue el improvisado bar, donde, como en tiempos idos, procuramos acelerar el trámite previo al ingreso. No sé si se logró del todo la misión. Mas pronto estabamos ingresando (había una Fiesta Lola ) por 1000 pesos cada uno. Subí con mi mochila en la espalda y me reuní con la mayoría del grupo en el balcón; alguien dijo: - ¿y qué hacemos acá afuera? entremos... Por algún motivo sólo yo lo seguí en línea recta a la barra. Cerveza... Mi camino se vio interrumpido por un bulto que yacía en el suelo, lo reconocí y le hablé... despertó y me miró... era el "Colores". Le dije que tomaramos cerveza, yo invito, le dije. Tenía ya la botella en la mano y había probado un poco cuando busco a "Colores"para convidarle, lo encontré conversando con unas minas , que tratab
¡Ea, Señor! A mis enemigos veo venir, y tres veces repito: ojos tengan, no me vean; boca tengan, no me hablen; manos tengan, no me toquen; pies tengan, no me alcancen. La sangre les beba y el corazón les parta...